Mostrando entradas con la etiqueta Melvins. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Melvins. Mostrar todas las entradas

miércoles, 25 de enero de 2023

MELVINS - Bad mood rising(2022)

De Mackie Osborne, cónyuge de Buzz.
Lo cierto es que estuve en la inopia cuando publicaron tal disco, y es que fue ya entrado en el nuevo año cuando me abrucé ante él, lo cual me llevó a sorpresa pues, meses atrás publicaron el EP Lords of the flies que por estar concentrado en otros menesteres, no tuve tiempo para experimentarlo, y demás, ¡ignoraba que eran tan prolíficos lanzando nuevas obras!

El pasado año comencé a explorar cronológicamente la discografía de los iconos del sludge metal(fusión doom metal con el hardcore punk y a veces también con otros géneros del metal extremo) Melvins; por lo que comencé con Gluey porch treatments, el cual no me supuso ninguna complicación maguer estuviera compuesta de aparentes improvisaciones en que el carismático Buzz Osborne desgañitábase, al tiempo que tocaban los instrumentos desaforadamente, por lo que pronto captó mi interés, y por tanto, estaba convencido de que la próxima obra que publicaran la deleitaría, cosa que no fue de otra manera, pues en cuanto dime cuenta de la publicación de Bad Mood Rising presto fui a echarle el par de orejas para aguzar el oído y experimentarlo como debiera, lo cual fue satisfactorio, porque a cada una de las canciones bañaban su esencia de diferentes géneros(Stoner, sluge, rock and roll, postpunk, etc.), conteniendo en su haber intros y desarrollos diferenciables que hacían de ella una experiencia gozosa, -"lo que no se da en el casposo "metalpaqueo"-, ya que entrañaban el duende suficiente para adherirme a él merced también a la magnífica producción orgánica llevada a cabo por Toshi Kasai que es pura delicia, pues las instrumentación suena natural, bien marcada y magnética.

Baste decir que desde ese día es el único disco que estoy escuchando sin respiro, y es que su ofrecimiento es tan variado dentro de su base stoner que es puro deleite. Los músicos, todos suenan gloriosos. Dale Clover azota con verdadero manejo ritmos y breaks más que interesantes, el carismático líder Buzz Osborne hace las veces de cantante ondulando melodías evocadoras y de guitarrista efectuando riffs gruesos y magnéticos, al tiempo que los arreglos si bien al pronto imperceptibles por sutileza, engalanan de muy buena gana tal obra. ¿No son estas razones suficientes para estar consagrado a escucharlo? Si, por cierto.

La que da comienzo a la obra viene siendo mi preferida desde que la escuche por vez primera, Mister dog is totallly right que ronda nada menos que la quincena, contiene unos cambios de ritmos y atmósferas, perfectos. Su inicio tribal al que se superpone en un segundo unas cacofonías efímeras, es escalofriante, luego este da paso a un estado hipnótico para terminar en unos punteos densos y oscuros de cierto aire oriental, exquisitos que son pura delicia. Y como decía de suso, los riffs son bien magnéticos y así se muestran en Never say you´re sorry(aparecida en el EP Lords of the flies) que podría ser considerada como la más stoner/ doom por su ritmo sólido y sonido mortecino, o en el colofón de The receiver and the empire state(aparecida en el EP Lords of the flies) cuyo grueso vira hacia el rock and roll más directo y en el que Clover atiza de forma admirable incansablemente, ¡brutal!

En la pausada My discomfort radiant recurre a un riff stoner la mar de quedadizo al que superpone su voz parsimoniosa no exenta de actitud que termina con un cambio de ritmo rockandrollero, cuyos riffs magnéticos dejan en un primer impacto tan desconcertado como encantado. ¡Gran canción! Y como venía comentando, la obra como bien variada, da lugar al dinamismo y los arreglos sutiles al pronto imperceptibles que engalanan bien las composiciones, una de esas es It wont´s or it might que comienza con unos riffs gruesos y dinámicos a los que le pisan los talones unos punteos que dan aire de ciudad perfectos que se intercalan con unos cambios de atmósferas hipnóticos y desemboca en un final "despreocupado", 8 minutos que se hacen de a 1. Es lo bueno de tener dinámica. Y por último la rockanollera pero relajada y despreocupada Hammering en la cual la voz de Buzz se muestra desganada sin dejar de transmitir, y demás, es de destacar esos ligeros coros "uh. uh" que añaden contrapunto a la misma.


¡Es a todas luces obra más que disfrutable! Ayer mesmo, luego de haberme metido un buen vaso de café recién hecho entre pecho y espalda que me creo cierto insomnio, volví a reescucharlo un par de veces y los viajes volvieron a ser verdaderamente gozosos; y es que cuando hay músicos magnéticos, dinamismo en las composiciones y variedad entre ellas, suele suceder el milagro. Yo que vosotros lo atendería lo antes posible😀👊👍👌💪.