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miércoles, 1 de mayo de 2024

TRIAL - Feed the fire(2022)

Costin Chioreanu.

Seré breve, pues tal obra es sobrante de ser igual todo. Tanto es así que no es menester escuchalla entera, pues a la cuarta chundarata satura de tan estridente de sus hechuras, y es que Trial, a quienes anteceden dos de las obras mejores del heavy metal contemporáneo, no ha dejado rastro alguno de la epicidad majestuosa de la que hicieran gala, en este "Feed the fire" en pos del power cuya expresión es monótona. Y es que es de ver cuan poca elegancia y sustancia quedan ya en las líneas vocales que ora son semejantes y estridentes como ratas estranguladas todas por ser Arthur Andersson falsetista de poco fuelle. Y es que ya su anticipo me supuso tal decepción que no albergué esperanza para el futuro siendo certero mi augurio, pues a la tercera ni cuarta estridencia ya yo no lo soportaba y piqué el resto por ver que se cocía que no era sino más de lo mesmo. !Pesia tal!, !guitarras maidenescas empachadoras y más chillidos que parecían de hombre imitando mujer como se hiciera en el siglo XVI! En eso pensé en el futuro no volverían sobre sus pasos a retomar las bien ribeteadas melodías vocales por entregarse a lo fácil, a lo escuchado acá; y si bien mirarélos de soslayo por ver si progresan o quedan estancados como cucarachas del revés; que si ansi quedaran, olvidarélos. El disco, como tostón, comiença y termina de igual manera, pues es lo mesmo la apertura que el cierre. 


Yo que vos, no lo olería más de una sola vez por pura curiosidad y presto no perdería ripio a "Vessel" ni a "Motherless" para borrar cualquier rastro de tan mala experiencia auditiva, ¡que son las tales bien elaboradas y encantadoras y no echadizos!




a no menos que... ser un punto y aparte

sábado, 3 de febrero de 2024

TRIAL - Motherless(2017)

¿Quedarse enfangados en un solo patrón? Parecía tal cosa no sucedería en el curso de los suecos de acuerdo con las declaraciones vertidas años atrás, empero llegado el año 2022, traicionaron sus palabras escribiendo el estridente y no deseado por el menda "Feed the fire", cuyo sonido de no poder sufrir, deduzco, seguirán transitando en obras venideras, con ir a lo simple y chabacano en contra del cautivador lirismo... 

A la sazón fuera su deseo el avanzar hacia delante sin mirar atrás. Su anterior trabajo Vessel, consistió en una aleación de Iron Maiden, Mercyful Fate, Satan... etc a la que embadurnaron de su propio carácter desembocando en un cúmulo de buenas críticas de las cuales Metal Blade Records se hizo eco, con que al punto fueron a ofrecerles su cortijo y el libre albedrío para que compusieran lo que quisieran llevándolo a cabo encargándose de evolucionar hacia sonidos más progresivos y atmosféricos a partir de su inamovible esencia que incentivó al cambio de blasón, cuya creación al igual qué el anverso, fue obra del consolidado ilustrador Costin Chiorenau.

Para elaborar la nueva obra guarecieronse nuevamente en los estudios Sonic Train Studios, propiedad del distinguido Andy LaRocke, en que más experimentados y con la visión más nítida, propusiéronse sacar el mayor partido del torrente de voz del gran Linus, poseedor de reminiscencias claras de Bruce Dickinson —¡es de ver los parecidos e iguales que ha el maldito capón!—, ¡y vaya si lo hicieron! Que proyectó su voz de forma teatral, haciéndolo como los grandes intérpretes, ondulándola, adecuando su voz al significado de cada palabra que emanan las letras con cantos complicados, vertiginosos y exhaustivos, en tanto que las guitarras congenian con perfección, retroaliméntanse y trenzanse con oscuridad de manera tal que evocan a las de Mercyfull Fate, asimismo, el productor Olof Berggren, dotó a la obra de sonido analógico donde la batería suena natural y el omnipresente bajo de Olsson marca paso firme y robusto como ya lo hiciera en Vessel. ¡Muy bien visto!

Si hay una característica definitoria de "Sin madre", aquesa es que las más de las estructuras de las canciones no son limitadas a combinar verso y estribillo como se acostumbra mayormente sino que se ciñen a desarrollarlas como si fuesen historias que se despliegan, es por tal cosa que su escucha es más sugerente y entretenida. Salvo el tema homónimo de aires maidenescos, cuyo inicio se prolonga hasta cuasi rozar los dos minutos para expandirse como vendaval indómito, y en el huracán Cold comes the night convertido ansí por el doble mástil que hace guiño a la vertiginosa To new ends, donde Linus acaudilla la comitiva doblándose en una línea vocal ejecutada de una alentada, se expande el resto épicamente.

Ansí se atisba en la solemne y misteriosa In empyrean labor, que da muestras de experimentación y evolución del sonido de Trial, con comenzar en forma de espejismo para dar paso al predominante y seco ritmo de batería de Swensson marcando paso militar, sirviendo así de sujeción de la voz declamadora con solemnidad sin serle menester el abusar absurdamente de agudos por creerse mejor cantante, demostrando, ansí, que el recitar con actitud y elegancia, evoca más que aquello. En contraposición, aparece en forma de medio tiempo desgarrador, Justapoxed, cuyo inicio romántico simultaneando la acústica y una protuberante línea de bajo precede a una nueva e intensa interpretación vocal, intercalando el lamento y desesperación, atiplando la voz con gran clase para alcanzar las altas notas, a su vez, Aligerous architect, se muestra épica, su inició instrumental denota cierto aroma blackmetalero, y acto seguido se desarrollan versos ciertamente amorfos.

Y para sellar tan intenso viaje, es la trilogía conceptual que lleva por título; Still the stars dismember the void; qué trata sobre el nacimiento, encarnación y renacimiento. La primera es la atmosférica Birth, que da claro ejemplo de evolución mostrándose en forma de espectro conteniente de voces fantasmales, embadurnadas de cierta psicodelia siniestra que cierra emulando un juramento que clama al cielo. El toque progresivo aparece en la kingdiamondiana Embodiment, que consta de una duración ¡de diez minutazos! -acá a muchos ablandabrevas les entrará retortijones- por los cuales da gusto deslizarse, sintiendo el despliegue raudo compuesto por imparables e intensos juegos expresivos tonales -lo de Linus es digno de ser elogiado y analizado con cuentahilos-, que sufre un parón abrupto para volver a resurgir y terminar bella y sentida con el melancólico arrullo que brota desde el fondo el intérprete. Y por último, punteos arábigos dan la bienvenida a la sentida y solemne despedida Rebirth, un medio tiempo donde cuya sustancia se encuentra en la parte instrumental, precisamente en la acústica, que pone el punto mágico de ensueño.

El cierre no pudo ser mejor ni todo pudo facturarse con mayor gusto, que tal disco aléjase de toda aquesa caterva metalpaca que olvida el buen gusto en pro de la errónea concepción de la obligatoria garra y el predominio guitarrero pese a que inexpresivas y olvidables se manifiesten... Acá, (a más)demás de expresividad alberga elegancia, entendimiento instrumental y una evolución sonora que absurdo sería cotejarla con sus obras precedentes. Por tal e por lo mucho que lo disfruto, otórgole con entero merecimiento un hermoso nueve, y el resto, si lo ve preciso, lance grandes bolas de mierda, que en eso son maestros.


Alexander Ellström - Acordeón, coro, compositor, guitarra, guitarra(acústica), teclados, órgano, piano, productor, arreglos de cuerdas,pandereta...

Linus Johansson - Voz

Andreas Johnsson - Compositor, guitarra

Andreas Olsson - Bajo

Martin Svensson - Batería


Olof Berggren - Ingeniero, masterización, mezcla, productor, ingeniero vocal

TRACKLIST

1. Motherless

2. In Empyrean Labour

3. Cold Comes the Night

4. Juxtaposed

5. Aligerous Architect

6. Birth

7. Embodiment

8. Rebirth

                  

                  Sello - Metal Blade Records