Del paisajista Lucasz "Pachu" Pach. |
Tal empresa, que es el séptimo "acto" y pertenece al grupo, comenzó a fraguarse el día que el virtuoso obedeció su acostumbrada liturgia y echó mano de un cuaderno gris para plantear el nuevo álbum cuya tapa llevaba impresa la figura de un búho que le evocó los bosques donde tanta paz ha encontrado siempre. Tal suerte le indicó el orientar su música hacia sonidos folks escandinavos y atmosféricos de aires chamánicos que invitaran a los escuchantes adentrarse en la naturaleza mediante agradables melodías y acústicas predominantes inspiradas en Wardruna y Dead Can Dance llevadas a su inconfundible terreno.
El genio Mariusz Duda. |
La predominación de las acústicas y melodías tanto vivas como catárticas son evidentes desde la embaucadora y agradable Navvy, cuyo ritmo en trance y ambiente envolvente, evoca al deambular por los bosques y bailes paganos nocturnos. El enfoque progresivo se encuentra en la relajada THE PASSAGE y espectacular Summoning dance, cuyas estructuras son similares ya que a medio camino desembocan en instrumentales donde el virtuoso da rienda suelta a su dominio. En la primera, el piccolo bass —instrumento que suple a las guitarras desde el amanecer del proyecto y emite un sonido semejante a esas—, es donde mayor presencia tiene, ¡prestad atención a los riffs dentados!, y en la segunda, que es cosa bárbara, luego de comenzar pesarosa, aparece la parte instrumental más puñeteramente gozosa y catártica en que Duda, como ser deificable, dedea con sumo encanto y desparpajo toda cuerda; ritmos, inventiva, coros "fantasmales", fluidez, mastodónticos riffs..., ¡bah! ¡Colosal! ¡Y más lo que surge en 07:01 cuya misticidad celestial es pura delicia!
En forma de mediotiempo acústico purificador, aparece OBLIVION, que a medida que avanza con riff jugoso de bajo, va tomando un tanto de potencia. Como elegía sonora que hace el corazón dos, y Mariusz domina como pocos, está THE FOUNTAIN, que sella y despide con outro emotivo a piano. Y como pieza "peculiar", ahí está la magnética y descarnada homónima de claras reminiscencias de Dead Can Dance, cuya armonía se desarrolla sobre ostinato de bajo y ritmo semiseco que lleva a efecto con determinación. ¡Piezón!
En la segunda parte, VYRAJ se muestra viva y rítmica en su recorrido chamánico, ensanchando y contrayendo riffs de bajo de forma monótona con el logro de no caer en lo soporífero, hasta que en el 02:30 aparecen celestiales rasgueos de guitarra que desembocan en arrullos, y, estas, en breves voces desafiantes. Por su parte, HYLOPHOBIA, se desarrolla oscura mediante riffs cortantes al unísono de piccolo bass y bajo, apareciendo ocasionalmente arrullos y finaliza con riffs abruptos. Y como despedida, una enorme suite de casi 30 min de nombre Transition II que completamente viciado me tiene desde que penetré en ella y corta me resulta; su inicio un tanto desnaturalizada remite a Transition de su obra Lunatic Soul II, acá declama con estoica solemnidad desembocando en unos maravillosos saltantes punteos de bajo de ritmo chamánico —¡este movimiento me turba con fuerza!—, improvisación, golpeteos a bombillas, ambiente post vida, acústicas y arrullos melancólicos y purificadores —¡esta secuencia purgante me parece extraordinaria!—, ¡Superior!
En definitiva, Through shaded woods, es una auténtica maravilla que a buen seguro conseguirá el desaire de los herméticos filisteos, yo, sin embargo, no puedo menos que otorgarle todas las estrellas del firmamento por lo mucho bueno que me proporciona, por lo excelente de sus hechuras y por su heterogeneidad dentro de su esencia acústica chamánica que me resulta muy pero que muy agradable. A sus pies, señor Duda.
Puntuación - 10.
MÚSICOS
Mariusz Duda - Todos los instrumentos.
Radek Bednarek - Piano(pista 6).
Discografía - Kscope.
*El álbum se creó en varias sesiones entre abril de 2019 y agosto de 2020 en el estudio Serakos en Varsovia, Polonia.
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